Toba Zuleta: con toda una garganta prodigiosa

Los recuerdos de la infancia generalmente perduran en la mente y en el corazón de las personas y las deja marcadas para siempre. Esto le ocurrió a Cristóbal Zuleta, descendiente de una familia musical, hijo de Rafael Zuleta, quien fuera representante y baterista de los Hermanos Zuleta, por lo que las parrandas en la casa eran parte de la vida misma.

Al escuchar las voces de grandes artistas, que hasta tenían su mismo apellido, le nacieron las ganas de cantar como ellos y hasta le rogó a Dios para que su garganta le ayudara a cumplir sus deseos.

A los 13 años de edad empezó a cantar, lo hacía al lado de José Alfonso “Chiche” Maestre y causaba sensación.

Después se cruzó en su camino Omar Geles, un ángel que le decían “El Diablito”, que tocaba por todas partes y que le daba la oportunidad de probar que su garganta había sido bendecida.

Cumplidos los quince años, se conoce con Juan Carlos Ovalle, un muchacho de su misma edad y con las mismas ganas de ser grande dentro del folclor vallenato. Se realizaba una semana cultural en el Colegio Nacional Loperena y cayeron en la cuenta que Omar Geles se había unido musicalmente a José Díaz, Hugo Carlos Granados a Wilman Jaimes, entonces “Toba” le dijo a Juanca: “Primo usted es el acordeonista mío”, a lo que Juan Carlos respondió: “El cantante mío eres tú”, se aprendieron diez canciones y se presentaron ante el público.

Para entonces estaba de moda en Valledupar la caseta “Lucero espiritual”, “Ahí tocamos unos carnavales completitos y nos llovieron buenos comentarios”, afirmó Toba Zuleta. Se regó la fama del muchacho que cantaba parecido a “Poncho” Zuleta y llegó una gran cantidad de contratos.

LAS GRABACIONES NO SE HICIERON ESPERAR

Las buenas noticias se riegan solas, por eso fue llamado a participar, cantando dos canciones en el disco variado “Vallenateando”, en el que Juan Carlos Ovalle tocaba el acordeón. La experiencia de grabar juntos fue buena. La empresa disquera Philips escuchó el trabajo y los llamó para hacerles una producción que titularon Zuleta y Ovalle. Con ese disco se ganaron el remoquete de “Los Pata Pelá” porque salieron descalzos en la carátula. Era una agrupación exitosa; pero Toba vivía en Bogotá y Juan Carlos en Valledupar y ninguno de los dos quiso mudarse, esto dificultaba ensayos y presentaciones y terminaron por disolver la unión musical.

Toba, después realizó grabaciones con “Uchi” Escobar y con Álvaro Meza, viajó a países como Portugal, España, Francia, Alemania, Estados Unidos, Perú, Ecuador, Puerto Rico, México, entre otros, promocionando el Festival Vallenato a través de la Cancillería.

El contacto con su entrañable amigo Juan Carlos continuaba y en una ocasión a su amigo acordeonista y le preguntó: “Juanca, con quién grabo yo ahora” y la respuesta fue: “Con quién más, conmigo gran pendejo”, se unieron y con el apoyo de Jesús Vides, graban el CD “Te quiero más” que luego es escuchado por Nino Caicedo, compositor de Guayacán Orquesta, quien lo hace público a través de la disquera All Music Internacional Limitada.

Después de esta exitosa unión Toba y Juanca vuelven a separarse por lo mismo de siempre, el uno vive en Bogotá y el otro en Valledupar y esto sigue dificultando ensayos.

Pero como al que la van a dar le guardan, el éxito también fue guardado para Toba Zuleta, ya que el acordeonista más respetado de los últimos tiempos Emilianito Zuleta, decide hacer una producción con el hombre de la garganta prodigiosa titulado “Palabra de Honor” donde el vallenato vuelve a ser engalanado con la voz de Cristóbal Zuleta y el acordeón de Emilianito Zuleta Díaz.

Una Crónica Rumbera/La Elite